Después de algunos aciertos y varios fracasos, la MUD se encuentra dividida, desorientada y sin aliento. En este contexto, es común la pregunta “¿Cómo inducir a los partidos opositores hacia una política más apegada a lo que la población necesita y menos a sus intereses individuales electorales que tanto daño le han hecho a ellos y a la sociedad?
Es necesario que los sectores organizados, empresarios, iglesia, militares institucionalistas, organizaciones de la sociedad civil y sindicatos dejen de entregarle cheques en blanco a los partidos para que éstos hagan y deshagan de la política como les parezca. Se requiere que estos sectores le pongan condiciones a los partidos para financiarlos o apoyarlos. Como en toda transacción, los partidos necesitan ofrecer un plan de trabajo en beneficio de todos los sectores y, en la medida que lo vayan cumpliendo, irían recibiendo dichos apoyos, por etapas, según vayan rindiendo cuentas. De lo contrario, dar sin condiciones es seguir dándole a los partidos los medios de su propia destrucción. Y, en nuestra historia, esto ha sido así porque en toda cultura autoritaria se le tiene miedo a quienes mandan o puede llegar a mandar.
En la emergencia de las elecciones de alcalde en curso, el empresariado y representantes genuinos sectoriales están llamados a jugar un papel catalizador basado en un plan claro y contundente: 1. Se reúnen a nivel de cada estado. 2. Analizan los datos de las cuatro elecciones pasadas: presidenciales, municipales, legislativas y gobernadores. 3. Escogen los municipios más salidores de cada estado (no pueden ser más de dos o tres, porque no hay tiempo ni recursos). 4. Seleccionan entre los candidatos inscritos para alcalde al que tenga más probabilidades de ser electo. 5. Concentran sus aportes en ese candidato único para cada alcaldía. 6. Lo informan a los partidos.
Si en esa búsqueda les aparece un chavista que haya demostrado disposición a unir a los venezolanos y a trabajar por la gente y no por su propio poder y enriquecimiento, apoyenlo. A los ciudadanos nos debe importar más cómo se gobierna que quién gobierna.